Desafío para 2017: incorporar una visión integral y transversal a las políticas de calidad del aire  

 

  •  7 millones de muertes anuales por la contaminación del aire en todo el planeta: OMS 

  • Urge reorientar inversión hacia modelos de movilidad sustentable y que la infraestructura instalada nos conduzcan a una soberanía energética

 

Por Antena Radio / 3a. Edición  / Sección Medio Ambiente, ¿Qué puedo hacer yo?, con Francisco Calderón Córdova / IMER - Horizonte 107.9 FM, - 1220 AM y - Radio México Internacional (a todo el mundo) / Ciudad de México /  2 de enero de 2017.

 

 

Hace unos días, un amigo que visitaba la ciudad de Nueva York colocó en Facebook algunas fotos que tomó desde lo alto del rascacielos Empire State; era un día despejado en el que se veía prácticamente todo el sur de la isla de Manhattan e incluso más allá del Río Hudson y de Staten Island; pero también, en el horizonte, entre la tierra y el cielo, destacaba una espesa capa de nubosidad color café rojizo.

 

Foto: Flavio Díaz Tueme (2016)

 

Desde París nos llegan también algunas imágenes: una ciudad despejada de punta a punta, sin nieve aún, pero con la misma nubosidad de contaminantes concentrados en el horizonte; además, recibimos la noticia de que, en la capital francesa, por primera ocasión en su historia se implementó –el pasado 16 de diciembre- un programa emergente de restricción vehicular (que incluyó a las 22 ciudades de su periferia) para tratar de reducir la contaminación del aire en la Ciudad Luz.

 

Foto: AFP (2016)

 

La misma situación se vive en España, al grado de que la Subdirección General de Energía y Cambio Climático del Ayuntamiento de Madrid anunció ya la imposición de 30 medidas dirigidas a reducir los altos niveles de contaminación del aire; 20 de las cuales tienen que ver con la movilidad y con las restricciones al uso del automóvil. 

Aquí en la capital de México –donde durante ya más de 20 años hemos tenido un programa de restricción vehicular como medida para el control de la contaminación del aire-, en los últimos días del mes de diciembre era visible una espesa capa de contaminantes al norte de la ciudad. Muy probablemente, al término del período vacacional que aún trascurre, estaremos viviendo eventos de contingencias ambientales que obligarán a restringir el uso del automóvil particular.

Éstos y otros ejemplos de concentraciones urbanas en el planeta nos llevan a reiterar que la contaminación del aire (especialmente la generada por el transporte) es hoy uno de los desafíos ambientales que con mayor urgencia demandan de nuestro ingenio, recursos y decisión, para ser resueltos. Construir soluciones para este problema –que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, está causando más de 7 millones de muertes anuales en todo el mundo-, pasa por la transformación de los paradigmas de bienestar y de confort que prevalecen social y culturalmente en todo el planeta; seguimos colocando al uso y a la posesión del automóvil como el referente por excelencia de la consecución de mayores grados de libertad individual. 

 

 

Y, justamente por esto, el principal reto para abatir la contaminación del aire en las ciudades –sobre todo en países como el nuestro-, es lograr la transformación de los actuales esquemas de movilidad que utilizamos para personas y mercancías. Lamentablemente, mientras no haya inversiones considerables y de largo alcance en sistemas de movilidad y de transporte público, y –por el contrario- se siga fomentando la construcción de infraestructura para el auto particular, no podrá ser abatida no sólo la contaminación del aire, sino tampoco otros tipos de contaminación (como la auditiva o la visual).

Es necesario hacer un mejor aprovechamiento de las tecnologías de la comunicación para reducir traslados innecesarios; hay que impulsar con mayor voluntad una transición hacia energías limpias y hacer las inversiones necesarias en la infraestructura instalada que nos conduzcan a una soberanía energética real y sustentable. En fin. Hablamos de grandes desafíos en el contexto mundial y local para frenar y revertir las tendencias que están manifestándose en materia de contaminación del aire y, más grave aún, en lo tocante al deterioro de la salud pública. 

El 2017 será un año en el que la problemática ambiental en México y en todo el mundo ocupará nuestra atención por la emergencia y los impactos que viviremos en factores como el clima, la salud pública, el deterioro de las condiciones de bienestar y en el ritmo del desarrollo para grandes segmentos de las poblaciones humanas y no humanas en el planeta. Debemos transitar de una visión sectorial de los asuntos ambientales, a una que incorpore ya su dimensión integral y transversal.

Mi agradecimiento al Sistema Nacional de Noticiarios por promover la difusión de los temas ambientales y, desde luego, por permitirme ser partícipe de ello ya durante nueve años de permanencia de esta columna en Antena Radio.

 

Diversidad Ambiental ©, es una publicación virtual de Paco Calderón